Cuando
el tiempo haya pasado,
quizás, lamentarás el no tenerme a tu lado, sentirás
que la tristeza te ha invadido, y un
cumulo de años te han vencido.
Aquellas
tus hermosas canas, que
tus años van marcando, es tu
rostro, son tus ojos, aquellos
que aun yo amo los
que un día a mí olvidaran.
Entonces:
Cuando
aquel tiempo haya pasado, entre
aquellas nostalgias tú recordaras, y
cuando estés allí entre amigos, contarás
que un día una mujer llevaba
un nombre de princesa, que
te amó con todo su desgarro, y que
ella, te cambió aquel tú nombre, para
llamarte, mi BERT, mi adorado,
y que
tú, sin darte cuenta, con
tus palabras de amor que le brindabas, ella
vivía, y al mismo tiempo agonizaba.
Relataras el como ella, vertía su ilusión, en poemas que por ti solo escribía, en liras que solo tú le inspirabas, y en cada letra que te daba, ella afloraba su sentir de aura ilusionada.
Dirás que a ti te daba igual, cuando ella, una poesía te obsequiaba, mientras, que aquella dama enamorada, que para ti solo será una fantasía, solo escribía, por ese amor que idolatraba.
Recordaras
a la mujer, que te brindaba solo
amor a través de su mirada, para
ella eras todo en su vida, que
solo por tus ojos respiraba.
Y te
harás las miles de preguntas:
¿Qué
habrá sido de aquella poeta enamorada?
¿En
qué parte de este mundo ella habita?
¿Por
qué rumbos se perdió esa sonrisa?
¿Qué
habrá sido de aquella alma de niña?.
Y así, hoy 22 de septiembre, al ser tú cumpleaños, he
querido como siempre vida mía, obsequiarte
mis escritos desde mi alma, y
decirte, que así pasen un millón de primaveras, y la
muerte me arrasara con su manto, mi
corazón te seguirá amando, más allá de mil fronteras.
